El Consejo Europeo de Investigación impulsa un estudio en Cataluña para hacer los cultivos más resilientes.

• Un grupo de investigadores del CRAG estudian cómo optimizar la producción de sorgo, un cultivo resistente a la sequía y clave para mejorar la seguridad alimentaria. El equipo está dirigido por Ana I. Caño-Delgado, quien ha recibido una subvención europea de prueba de concepto.

El sorgo es un cultivo cada vez más importante para la nutrición animal y humana, especialmente en regiones áridas y semiáridas, gracias a su resistencia natural a la sequía y a las altas temperaturas. Los investigadores del CRAG (Centro de Investigación en Agrigenómica) han identificado los mecanismos moleculares responsables de la resistencia a la sequía en el sorgo y han desarrollado herramientas que podrían utilizarse en aplicaciones biotecnológicas.

En una serie de tres estudios recientes, un equipo liderado por la investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el CRAG, Ana I. Caño-Delgado, ha logrado avances significativos en el marco de la ayuda económica del Consejo Europeo de Investigación (ERC, por sus siglas en inglés), una subvención de prueba de concepto que busca que las ideas financiadas avancen de la investigación pionera a la innovación. 

La creciente importancia del sorgo

El sorgo es el quinto cereal más cultivado en el mundo y tiene una importancia destacada en regiones áridas y semiáridas como los terrenos de España. Este alimento gana cada vez más reconocimiento a nivel mundial, incluso fuera de África, donde se cultiva desde hace siglos, gracias a sus numerosos beneficios nutricionales y su capacidad para resistir condiciones climáticas adversas. En Europa, el cultivo de sorgo está experimentando un crecimiento, promovido como una alternativa para la rotación de cultivos, especialmente en áreas vulnerables a la sequía. La Unión Europea impulsa activamente el cultivo de este cereal como una opción resistente al clima, con un aumento del 57% en la producción total durante la última década. Francia destaca como líder en esta tendencia, con 103.000 hectáreas dedicadas al sorgo el año pasado.

Por otro lado, España es un gran importador de sorgo dentro de la Unión Europea, principalmente para la alimentación animal, pero con un gran potencial para el consumo humano en el futuro. En 2020, se importaron 158.000 toneladas al país, por lo que un aumento en su cultivo nacional podría reducir la dependencia de las importaciones, mitigar los efectos del cambio climático y mejorar la seguridad alimentaria para el consumo humano.

Las contribuciones científicas del CRAG 

El Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG) es un centro que forma parte del sistema CERCA de Cataluña y que se ha establecido como un consorcio de cuatro instituciones: el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y la Universidad de Barcelona (UB).

Los esfuerzos de investigación del CRAG están a la vanguardia del avance de la ciencia del sorgo, con un enfoque particular en mejorar su adaptabilidad a condiciones de estrés y optimizar su manipulación en el laboratorio para futuros procesos de cultivo. Durante los últimos 20 años, el grupo de investigación liderado por Ana I. Caño-Delgado se ha dedicado al estudio de este cereal y ha obtenido numerosas subvenciones, incluida una del ERC de prueba de concepto. En los últimos seis meses, el grupo ha publicado tres artículos científicos relevantes para el sector.

Por su parte, los estudios más recientes liderados por otro grupo de investigación de Juan B. Fontanet-Manzaneque han impulsado avances significativos en la ciencia del sorgo. Los investigadores han identificado mecanismos que mejoran la resistencia del sorgo a la sequía y han desarrollado nuevas técnicas para su mejora genética, lo que permite acelerar el desarrollo de variedades más robustas. Estos avances convierten al sorgo en una opción más viable y sostenible para la agricultura en el contexto del cambio climático.

Naturalmente sin gluten y con un alto valor nutricional, el sorgo se posiciona como un cultivo clave para mejorar la seguridad alimentaria, respondiendo al aumento de la demanda para el consumo humano. Los avances científicos liderados por el CRAG no solo mejoran su sostenibilidad y productividad, sino que también abren nuevas oportunidades para la transferencia de tecnología y la colaboración público-privada. Estos descubrimientos no solo benefician al sorgo, sino que pueden tener implicaciones positivas para otros cultivos esenciales como el maíz, el trigo y el arroz, favoreciendo una agricultura más resiliente y sostenible frente al cambio climático.

El Consejo Europeo de Investigación y sus subvenciones

El Consejo Europeo de Investigación (ERC), creado por la Unión Europea en 2007, es la principal entidad europea en financiación de la excelencia en la investigación de frontera. Concede financiación a investigadores creativos, sean de la nacionalidad que sean y tengan la edad que tengan, para que lleven a cabo proyectos en toda Europa. El ERC concede cuatro tipos de subvenciones: de inicio de carrera, de consolidación, avanzadas y de sinergia. Además, gracias al programa de subvenciones de prueba de concepto, el ERC ayuda a los beneficiarios de una subvención a cerrar la brecha que existe entre su investigación puntera y las primeras fases de comercialización de los productos resultantes. El ERC está dirigido por un órgano de gobierno independiente, el Consejo Científico. Desde noviembre de 2021, la presidenta del ERC es Maria Leptin. El presupuesto global del ERC para el período 2021-2027 es de más de 16.000 millones de euros, que provienen del programa Horizonte Europa.