Para muchos jóvenes irse a estudiar fuera es la excusa para emanciparse de casa por primera vez. ¿Cómo viven esta primera experiencia?¿Los amigos que se echan de Erasmus son diferentes del resto? ¿Cómo afecta el machismo a las estudiantes? Alba Riera viaja por diferentes ciudades de Europa, como París o Groningen, para conocer de cerca cómo están viviendo Erasmus los estudiantes catalanes.
Capítols
Para muchos jóvenes irse a estudiar fuera es la excusa para emanciparse de casa por primera vez. ¿Cómo viven esta primera experiencia? ¿Es fácil encontrar piso? ¿Cómo lo hacen para pagarlo y administrarse el dinero? ¿Todo el mundo puede permitirse marcharse de Erasmus?
Las relaciones que haces lejos de casa se intensifican muchísimo. La gente con la que llevas dos días lavando platos se convierten en tu familia. ¿Cómo se cuidan las relaciones que dejamos atrás? ¿Es una buena idea tener una relación a distancia?
De la rutina y la monotonía nadie se salva. Cuando marchamos fuera de casa debemos volver a inventar una rutina: google maps, tarjeta para el transporte público, google translate para preguntar dónde está el supermercado. ¿Nos adaptamos fácilmente a la nueva realidad?
Compartir la ubicación cuando volvemos solas a casa, WhatsApp de rigor para saber si has llegado bien, ver cómo en las comidas familiares sólo se levantan las mujeres a recoger los platos,... Marchar fuera es una oportunidad para deshacerse del machismo, ¿o no?
Hay quien aprovecha el Erasmus para empezar de cero, para ser una persona diferente y para atreverse a probar todo lo que no hace cuando está en casa. Salir fuera también es una oportunidad para experimentar con la propia identidad, para desahogarse y hasta volver a casa con 3 piercings.
El tema, EL TEMA. Quizás una de las principales preocupaciones de las generaciones más jóvenes. Echar de menos el hogar, cambiarte a una ciudad donde llueve todo el día, sentirse sola. Este trimestre que todos asociamos con la fiesta, la desinhibición, la aventura,... ¿es siempre así?